Pensar Estratégicamente
- Estratexia Consulting
- 13 may 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 22 jul 2020
Por: Angela M. Santana R., Economista

La planificación es una actividad que se realiza día tras días. Consciente o inconscientemente planificamos nuestro diario vivir. Cuando en esta planificación incluimos un análisis del entorno; evaluamos los recursos o capacidades disponibles; seguimos pasos y estructuras; tomamos en cuenta a todos los que participan en la planificación; y comunicamos los resultados, podemos decir sin lugar a equivocarnos que estamos planificando, pero estratégicamente. Una estrategia es lo que nos permite que el recorrido para alcanzar el logro de nuestros objetivos, tenga sentido. Es decir, no se limita a ser un documento que estipula los pasos a recorrer; la planificación estratégica es una realidad, una experiencia.
En los 50´s la planificación estratégica se utilizaba principalmente para la gestión y control del presupuesto (dirección financiera); en los 70´s se integra al control financiero el estratégico, lo que conecta la Dirección principal con los demás departamentos de la empresa; en los 80´s las estrategias comienzan a evaluar el macro entorno (competencia, mercado, industria); y en la actualidad su visión se dirige hacia creación de ventajas competitivas, conectadas con las necesidades del consumidor.
En la actualidad, muchas empresas tienen un enfoque proactivo. Las empresas proactivas son aquellas que caminan dos pasos delante de ella misma, con la visión de que su competencia no es un rival, más bien es la fuente del conocimiento para aprender a diferenciarse. El enfoque de este tipo de empresas se forma mediante la Planificación Estratégica, basadas en sus competencias centrales, en la investigación de mercado y la experiencia constante con el consumidor.
Si actualmente planificas, pero no estratégicamente, no es complicado hacer este salto cuántico. Los pasos no varían: analizar (pensar), decidir, ejecutar e implementar. Pero si varía la visión, como sabemos en la actualidad el ojo recae hacia el cliente, por ende, debes considerar todos los clientes existentes. Una estrategia basada desde adentro hacia afuera, te conecta con tu cliente más fiel “los colaboradores” de tu empresa. Aquí radica la primera diferenciación, una empresa por más pequeña o grande que sea tiene la capacidad de diseñar un marketing interno para mejorar los procesos y las relaciones, y como efecto spillover provocar un impacto al usuario o cliente final. Recuerda quién brinda tus servicios es quién conoce las necesidades del usuario final y, en muchos casos, quién tiene el poder para que tus productos sean los elegidos.
Una vez planificadas las estrategias funcionales, aquellas a lo interno de la empresa. Es necesario la búsqueda de información o el análisis macro entorno. Aquel que toma en cuenta los aspectos económicos, culturales, políticos y jurídicos que afectan el mercado en que estás o que desear incursionar. Para luego evaluar el micro entorno, que no es más que el análisis minucioso de la industria o sector que está demandando tu segmento de mercado meta.
Una vez analizado la necesidad del mercado, entenderemos los deseos de nuestro consumidor. Este valor, alineado con los resultados de la planificación interna (cultura organizacional, competencias, recursos, otros) son las herramientas claves para desarrollar estrategias enfocadas en satisfacer las necesidades de tus clientes, o incluso en crear necesidades incipientes.

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